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martes, 5 de abril de 2011

Las ambiciones encumbradas de los Incas

Elevada del anonimato a la cima del poder, una dinastía de gobernantes
incas sometió reinos, esculpió montañas y forjó un imperio poderoso.

Con sus piedras de corte preciso y cascadas de terrazas perfectamente situadas, Machu Picchu, retiro real enclavado en las alturas de los Andes peruanos, es testimonio de la maestría inca para la construcción.
Por Heather Pringle / Fotografías de Robert Clark
Centenares de fieles guardan silencio mientras el sacerdote católico eleva una plegaria en la plaza de Taquile, isla peruana en medio del gran lago Titicaca. Descendientes en parte de los colonizadores incas enviados allí hace cinco siglos, los habitantes de Taquile observan sus antiguas tradiciones: tejen telas coloridas, hablan la lengua tradicional de sus antepasados, cultivan los campos como han hecho durante siglos y los días de fiesta se dan cita en la plaza para bailar al son de tambores y flautas de madera.
Esa tarde de verano, me sitúo en la periferia para presenciar la fiesta de Santiago que, en la era incaica, habría sido el festival de Illapa, dios del relámpago. Cuatro hombres levantan la rústica litera de madera donde se yergue la estatua del apóstol y recorren la plaza para que todos vean al santo, así como los antiguos incas llevaban en procesión las momias de sus monarcas.
A muchos siglos de su muerte, el poder y la ambición aún resuenan en los nombres de aquellos gobernantes: Viracocha Inca (Soberano Dios Creador), Huáscar Inca (Soberano Silla Dorada) y Pachacútec Inca Yupanqui (El que Reconstruye el Mundo). Surgida del anonimato del valle de Cusco durante el siglo xiii, una dinastía inca sedujo, sobornó, intimidó o conquistó a sus rivales para crear en Perú el imperio precolombino más grande del Nuevo Mundo.
Excepto por los halagüeños relatos que los nobles incas hicieron circular a la llegada de los conquistadores españoles, los estudiosos han debido conformarse, desde hace mucho, con un puñado de pistas sobre las vidas de los reyes incas,  pues aquel pueblo no contaba con un sistema de escritura. Por otra parte, los europeos no perdieron tiempo en destruir las residencias reales de Cusco, la capital inca, para erigir una nueva ciudad colonial sobre sus ruinas. Siglos después, en los años ochenta del siglo xx, la agitación civil que estalló en los Andes peruanos impidió que los arqueólogos se internaran en el corazón del antiguo imperio durante más de una década.
Con todo, los especialistas recuperan el tiempo perdido. Al peinar las laderas agrestes de las inmediaciones de Cusco empiezan a descubrir miles de sitios, hasta ahora desconocidos, que arrojan luz sobre el origen de la dinastía inca; gracias a la información recabada de documentos coloniales localizan haciendas reales olvidadas. En las fronteras del imperio extinto, recogen evidencia dramática de las guerras emprendidas por los monarcas para integrar docenas de grupos étnicos rebeldes en un reino unificado. Los extraordinarias dotes de los incas para triunfar en el campo de batalla y construir una civilización, piedra a piedra, comunican un inequívoco mensaje, afirma Dennis Ogburn, arqueólogo. “Es como si anunciaran: ‘Somos el pueblo más poderoso del mundo, así que ni se les ocurra meterse con nosotros’”.
Vendedoras de artesanías aguardan al turismo en una isla sagrada del lago Titicaca. Extrema izq.: el pequeño bulto muestra la forma como los chachapoyas conservaban a sus difuntos. Inspirados en esa tradición, los conquistadores incas hicieron un bulto parecido para guardar la momia más grande.
El arqueólogo Brian Bauer se detiene en la plaza del extenso sitio ceremonial de Maukallacta, al sur de Cusco. Bebe un sorbo de agua y entonces señala un afloramiento de roca grisácea que se yergue al oriente. La cumbre está tallada con escalones enormes que fueron parte de un santuario importante; Bauer explica que, hace unos 500 años, los peregrinos visitaban el lugar para orar en la saliente, antaño considerada uno de los rincones más sagrados del imperio: la cuna de la dinastía inca.
Bauer viajó a Maukallacta a principios de los ochenta con la intención de descubrir los orígenes del Imperio Inca. En aquellos días, la mayoría de los arqueólogos e historiadores creía que Pachacútec –el joven y genial Alejandro Magno andino– se convirtió en el primer monarca inca a principios del siglo xv y, en solo una generación, transformó una pequeña colección de chozas de barro en un imperio poderoso. Pero Bauer creía que las raíces dinásticas eran mucho más profundas y Maukallacta le pareció el lugar más lógico para desenterrarlas. Sin embargo, para su gran consternación, dos temporadas de trabajo de campo no revelaron rastro alguno de los señores incas primigenios.
Bauer decidió entonces continuar su búsqueda en el norte, en el valle de Cusco y, junto con R. Alan Covey y un equipo de asistentes peruanos, dedicó cuatro temporadas a recorrer arriba abajo las laderas empinadas, tomando nota de cada resto de alfarería o muro derrumbado que encontraba en su camino. A la larga, Bauer y sus colegas descubrieron miles de sitios incas hasta entonces desconocidos y desentrañaron nuevas pruebas que demostraban la existencia de un Estado inca entre los siglos xiii y xiv, mucho antes de lo pensado. En parte debido a la sequía extrema que asoló los Andes durante 100 años o más, en los albores del siglo xii habían desaparecido los poderosos señores huari, antiguos gobernantes que controlaron la región desde una capital vecina a la moderna Ayacucho. En la turbulencia resultante, los pequeños caciques del altiplano peruano combatieron entre sí por el agua escasa y saquearon las aldeas vecinas para conseguir alimento, ocasionando que hordas de habitantes se refugiaran en escondites gélidos y ventosos a 4 000 metros de altura.
Sin embargo, los agricultores del valle fértil e irrigado que rodea Cusco optaron por permanecer en su territorio y unificaron sus aldeas en un pequeño Estado capaz de montar una defensa organizada. Por fin, entre 1130 y 1300, los incas de las inmediaciones de Cusco comenzaron a sacar provecho de una importante tendencia al calentamiento en los Andes.
Conforme aumentaba la temperatura, subieron entre 250 y 300 metros por las laderas para construir terrazas agrícolas, irrigar sus campos y finalmente producir cosechas récord de maíz. “Esos excedentes –dice Alex Chepstow-Lusty, paleoecólogo del Instituto Francés de Estudios Andinos en Lima–, permitieron que los incas dispusieran de muchas más personas para desem-peñar otras tareas, como construir caminos o mantener un gran ejército”. Con el tiempo, sus gobernantes tuvieron la posibilidad de reclutar conscriptos nuevos y disponer de un ejército más numeroso que el de cualquier cacique vecino.
Hace cinco siglos, estas momias estuvieron atadas en bultos que, aunque originaron sus poses retorcidas, facilitaron su transporte. Saqueadores modernos arrancaron los envoltorios con la esperanza de hallar oro.
Los monarcas incas pusieron la mira en las tierras y los recursos de otros pueblos y, a fin de obtenerlos, pactaron alianzas matrimoniales con señores vecinos y prodigaron obsequios generosos a sus nuevos aliados. No obstante, si un rival despreciaba sus propuestas o causaba dificultades, respondían con toda su fuerza militar. Así, los señores de los valles circundantes cayeron uno a uno bajo el dominio inca hasta que solo quedó un Estado vasto e imponente con una capital, la ciudad sagrada de Cusco.
Los reyes incas volvieron entonces la mirada al interior, hacia las ricas tierras que rodeaban el lago Titicaca y en algún momento, a principios del siglo xv, uno de los más grandes monarcas, Pachacútec Inca Yupanqui, comenzó a planificar la conquista del sur. Era el amanecer del imperio.
Para mediados del mismo siglo, atrincherado en una llanura alta y helada al norte del gran lago, el ejército de Colla desafiaba a los invasores incas a hacer la guerra. Los señores de la región del Titicaca eran hombres altivos que gobernaban hasta 400 000 súbditos en diversos reinos dispersos en torno del lago. Sus tierras eran ricas y deseables, con filones de oro y plata veteando sus montañas, y manadas de alpacas y llamas engordando en sus exuberantes prados. El éxito militar en los Andes dependía de esos animales, pues una llama, única bestia de carga en el continente, podía llevar hasta 30 kilogramos de equipo sobre su lomo y, al igual que la alpaca, proporcionaba carne, piel y fibras para hilar. En otras palabras, eran activos militares determinantes, y si el rey inca no derrotaba a los señores del Titicaca, dueños de aquellas enormes manadas, viviría siempre con el temor de que trataran de conquistarlo.
Sentado en su litera reluciente, Pachacútec dio la orden de atacar. Al ritmo de zampoñas talladas con huesos de sus enemigos y tambores de guerra fabricados con la piel de los adversarios caídos, sus soldados avanzaron hacia las fuerzas de Colla. Los ejércitos se trabaron en combate y, cuando finalmente se disipó el polvo de la lucha, los cadáveres de los soldados de Colla cubrían el paisaje.
En los años que siguieron, Pachacútec y sus descendientes sometieron a todos los señores del sur. “La conquista de la cuenca del Titicaca fue la joya de la corona del Imperio Inca”, sentencia Charles Stanish, arqueólogo de la Universidad de California. Pero la victoria militar era solo el primer paso para construir su imperio, enseguida, sus funcionarios debían controlar a la ciudadanía.

Si las provincias oponían resistencia, los soberanos incas reorganizaban las poblaciones. Reubicaban a los habitantes de ciudades amuralladas aisladas en nuevas aldeas junto a caminos que agilizaban el desplazamiento del ejército y donde los gobernadores hacían construir almacenes que las comunidades locales debían llenar para abastecer las tropas.
Ya desde la época incaica, estas terrazas con estanques de aguas minerales producían sal por evaporación en Maras. La antigua comunidad vecina recibió el nombre de Kachi, “sal”, en la lengua local.
Bajo el dominio inca, la civilización andina prosperó como nunca en su historia. Ingenieros del imperio transformaron redes fragmentadas de senderos en carreteras interconectadas; sus agricultores desarrollaron técnicas de cultivo de gran altura, produciendo casi 70 variedades de cultivos indígenas y a menudo colmando complejos de almacenamiento colosales con cosechas suficientes para tres o hasta siete años. Los funcionarios imperiales llevaron una cuenta precisa del contenido de los almacenes de todo el reino utilizando los cordones coloreados y anudados llamados quipus; los constructores erigieron obras maestras intemporales de la arquitectura como Machu Picchu.
Para 1493, cuando Huayna Cápac ascendió al trono, poco quedaba fuera del control de la dinastía inca. Con objeto de engrandecer su nueva capital en Ecuador, el monarca ordenó que más de 4 500 súbditos rebeldes acarrearan a la ciudad enormes bloques de roca obtenidos en Cusco –a 1 600 kilómetros de distancia, subiendo y bajando por vertiginosos senderos de montaña–. Mientras, en el corazón del imperio, un pequeño ejército de hombres y mujeres trabajaba en la construcción de una hacienda real para Huayna Cápac y su familia. Por una orden del rey, desviaron el río Urubamba hacia el lado sur del valle, allanaron colinas y vaciaron pantanos para sembrar maíz y otros cultivos originarios de lejanos rincones del imperio, como algodón, maní y chile. Y en el centro de la propiedad apilaron piedras y ladrillos para levantar el flamante palacio campestre de Huayna Cápac, Quispiguanca.
Camino entre las ruinas de Quispiguanca con Alan Covey. Situado en las afueras de la moderna población de Urubamba, Quispiguanca disfruta de uno de los microclimas más cálidos y soleados de la región, el cual brindó a la familia real un agradable refugio lejos del frío de Cusco. Hoy día, los restos de sus murallas circundan un complejo palatino equivalente a siete campos de futbol.
Rodeado de parques, campos y jardines, Quispiguanca fue la versión inca de Camp David: un retiro apartado del mundo, un espacio para que el rey-guerrero se relajara después de una campaña militar. Allí, Huayna Cápac recibía a sus invitados en grandes salones y cruzaba apuestas con sus cortesanos, mientras la reina atendía sus jardines y palomares. La propiedad incluía un albergue aislado y un bosque destinado a la caza de ciervos y otras presas. Centenares de obreros trabajaban en los campos sembrando maíz e infinidad de cultivos exóticos, y dando a Huayna Cápac abundantes cosechas y suficiente cerveza de maíz para tratar a sus invitados a cuerpo de rey durante los festivales anuales de Cusco.

Sin embargo, Quispiguanca no fue la única finca así de espectacular. A la fecha, arqueólogos e historiadores han localizado las ruinas de una docena de haciendas reales edificadas por, al menos, seis monarcas incas.
Los españoles fundieron casi todos los artefactos de plata y oro de los incas. Las pocas piezas que sobreviven incluyen un vaso ceremonial adornado con un felino sagrado.
Aun después de su muerte, aquellos reyes perduraban como el poder oculto detrás del trono. “Los antepasados eran un elemento clave para la vida andina”, señala Sonia Guillén, directora del Museo de Leymebamba, en Perú. Hacia 1527, cuando Huayna Cápac falleció en Ecuador a consecuencia de una enfermedad misteriosa, sus sirvientes momificaron el cadáver y lo llevaron de vuelta a Cusco, donde miembros de la familia real solían visitarlo para pedir consejo sobre asuntos vitales, acatando las respuestas que daba el oráculo sentado junto al cuerpo. Muchos años después de su muerte, Huayna Cápac siguió siendo propietario de Quispiguanca y las tierras circundantes.
Durante la temporada de lluvias de 1533, estación propicia para una coronación, miles de personas atiborraron la plaza principal de Cusco para celebrar el arribo de su nuevo rey adolescente. Dos años antes, en plena guerra civil, invasores extranjeros habían tocado tierra en el norte. Cubiertos de armaduras y portando armas nuevas y mortíferas, los españoles viajaron a la población septentrional de Cajamarca, donde hicieron prisionero a Inca Atahualpa, a quien ejecutaron ocho meses más tarde. Después, ya en 1533, el capitán Francisco Pizarro eligió al joven príncipe Manco Inca Yupanqui para que reinara como su testaferro.
A lo lejos, las voces de los portadores del joven monarca resonaban en las calles con cánticos de alabanza. En silencio reverente, los celebrantes reunidos en la plaza presenciaron la entrada del regio adolescente acompañado por las momias de sus antepasados, cada cual ataviada ricamente y sentada en una litera espléndida. Los enjutos monarcas y sus consortes habían ido para recordar a todos que Manco Inca descendía de una antigua estirpe real.
En los meses siguientes, los españoles se apropiaron de los palacios de Cusco y las espaciosas mansiones campestres, desposando o amancebando a las mujeres de la realeza. Indignado, Manco Inca se rebeló y en 1536 trató de expulsar del reino a los invasores; pero cuando su ejército fue derrotado, huyó de Cusco para refugiarse en la ciudad selvática de Vilcabamba, desde donde siguió lanzando ataques de guerrilla hasta que los conquistadores sometieron la plaza en 1572.
En la antigüedad los incas llevaban en procesión las momias de sus ancestros.
En el tumulto de aquellas décadas, la red de caminos, almacenes, templos y haciendas comenzó a deteriorarse poco a poco y, conforme el imperio se desmoronaba, los incas y sus descendientes hicieron esfuerzos valerosos para proteger los símbolos de la autoridad imperial. Grupos de siervos recogieron los sagrados cuerpos de sus reyes para ocultarlos en las inmediaciones de Cusco, donde los veneraban en secreto desafiando a los sacerdotes españoles. En 1559, el principal magistrado de Cusco, Juan Polo de Ondegardo, decidió acabar con esa idolatría y rastreó y capturó los restos de 11 monarcas y varias reinas.
Durante algún tiempo, los funcionarios coloniales de Lima utilizaron el Hospital de San Andrés, institución que solo atendía a pacientes europeos, para exhibir como curiosidades las momias de Pachacútec, Huayna Cápac y otros dos soberanos. Pero el húmedo clima costero hizo estragos en los cuerpos, de modo que las autoridades españolas decidieron enterrar sigilosamente a los más grandiosos monarcas incas en la capital de Perú, lejos de los Andes y del pueblo que los amaba y reverenciaba.
En 2001, Brian Bauer y dos colegas peruanos, el historiador Teodoro Hampe Martínez y el arqueólogo Antonio Coello Rodríguez, salieron en busca de las momias reales con la esperanza de reparar un agravio histórico y devolver a los peruanos una parte importante de su herencia.
Bauer y sus colegas dedicaron muchos meses a revisar los antiguos planos arquitectónicos del Hospital de San Andrés, hoy transformado en una escuela para niñas en el centro de Lima. A la larga, armados con un radar de penetración terrestre, identificaron una cripta subterránea abovedada.
No obstante, cuando los arqueólogos finalmente excavaron y abrieron la puerta de la vetusta cámara quedaron muy decepcionados. La cripta estaba vacía. Según Bauer, es muy posible que el contenido fuera retirado por los obreros que renovaron el hospital después de un violento terremoto y, así, nadie sabe ahora dónde descansan los más grandes reyes de Perú. Bauer concluye con tristeza: “Todavía se desconoce el destino de las momias reales incas

La OTAN realizó 58 misiones militares en Libia el domingo

onu-otanLas fuerzas internacionales bajo mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizaron el domingo 58 bombardeos contra objetivos en Libia, informó hoy la alianza atlántica en Bruselas.
Se trata de una cifra de misiones de guerra algo menor que en los días precedentes, cuando se alcanzó un pico de 70 misiones.
Desde que comenzaron las operaciones militares conjuntas en Libia, se llevaron a cabo 276 misiones aéreas contra objetivos en el país norteafricano, informó la OTAN.
Bajo esta denominación se entienden misiones en las cuales estaba previsto el ataque desde los aviones de la OTAN contra objetivos en Libia, incluso aunque al final de la misión no se haya hecho uso de las armas a bordo de los aparatos.
(Con información de DPA)

Noam Chomsky: Un suceso lamentable en Jerusalén oriental

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Palestinos se enfrentaron ayer contra soldados israelíes cerca de Nablus, luego de que impidieron a colonos judíos bañarse en estanques donde almacenan agua para la agriculturaFoto Ap



Una vez más, el lugar conflictivo es Jerusalén oriental, ocupado por Israel en la guerra de 1967 –en esta ocasión un complejo de mil 600 apartamentos en el barrio Ramat Shlomo, que ha sido propuesto. Y una vez más, a raíz de ello, la muerte de palestinos por fuego israelí.
El 9 de marzo el Ministerio del Interior anunció el nuevo proyecto durante la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph R. Biden, a Israel. El presidente Obama había exhortado a frenar la expansión de los asentamientos en territorio ocupado.
La reacción fue inmediata e intensa. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se disculpó públicamente por la lamentable falta de oportunidad del anuncio, pero insistió en que Israel podía construir libremente en Jerusalén oriental y en otros lugares de los territorios que tiene la intención de anexar.
Biden tuvo un intercambio privado y tenso con Netanyahu, invocando preocupaciones militares por el fracaso en cuanto a resolver el conflicto israelí-palestino, según la prensa israelí.
Lo que usted está haciendo socava la seguridad de nuestras tropas que están combatiendo en Irak, Afganistán y Pakistán, dijo Biden a Netanyahu, según las fuentes. Eso nos pone en peligro y pone en riesgo la paz regional.
El 16 de marzo, el general David H. Petraeus, jefe del Comando Central de Estados Unidos, se hizo eco de esas preocupaciones ante el Comité senatorial de los Servicios Armados: El conflicto fomenta el sentimiento antiestadunidense, debido a la percepción de un favoritismo de Estados Unidos hacia Israel.
Una semana después, Netanyahu y Obama se reunieron en la Casa Blanca para sostener conversaciones calificadas posteriormente de contenciosas.
Netanyahu mantiene una línea dura sobre los asentamientos y no da indicaciones en absoluto de reconocer la viabilidad de un Estado palestino. Esta intransigencia se refleja muy mal en la credibilidad de Estados Unidos.
Un contratiempo similar, relacionado con los asentamientos, hizo erupción hace 20 años, llevando al ex presidente George H. W. Bush a imponer sanciones limitadas a Israel en reacción al descarado e insultante comportamiento del primer ministro Yitzhak Shamir, quien fue rápidamente remplazado. La cuestión continúa siendo si la administración Obama está dispuesta a adoptar siquiera las suaves medidas aplicadas por Bush padre.
La situación es más seria ahora. Dentro de Israel, los sectores ultranacionalistas y religiosos han surgido con una perspectiva parroquial estrecha. Y las fuerzas de Estados Unidos están comprometidas en guerras impopulares en la región.
El pasado mayo, en Washington, Obama se reunió con Netanyahu y Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Esos encuentros y el discurso de Obama en El Cairo en junio han sido interpretados como punto de inflexión en la política estadunidense en Oriente Medio.
Una mirada más atenta, sin embargo, sugiere ciertas reservas.
Las interacciones entre Estados Unidos e Israel –con Abbas entre bambalinas– se centraban en dos frases:Estado palestino y crecimiento natural de los asentamientos. Analicemos cada una sucesivamente.
Obama efectivamente pronunció las palabras Estado palestino, haciéndose eco del presidente George W. Bush. En contraste, la plataforma (no revisada) del partido gobernante de Israel en 1999, el Likud de Netanyahu, rotundamente rechaza el establecimiento de un Estado palestino árabe al oeste del río Jordán.
Es útil también recordar que el gobierno de Netanyahu de 1996 fue el primero en Israel en usar la frase Estado palestino. El gobierno accedió a que los palestinos puedan llamar a cualesquiera fragmentos de Palestina que les quedenun Estado, si eso quieren –o pueden llamarlos pollo frito.
El pasado mayo la posición de Washington fue presentada con mayor fuerza en el muy citado discurso de la secretaria de Estado Hillary Clinton rechazando excepciones de crecimiento natural a la política oficial estadunidense oponiéndose a nuevos asentamientos.
Netanyahu y prácticamente todo el espectro político israelí insisten en permitir tal crecimiento natural, quejándose de que Estados Unidos está dando marcha atrás a la autorización de Bush para tal expansión dentro de suvisión de un Estado palestino.
La fórmula Obama-Clinton no es nueva. Repite las palabras del mapa de camino de Bush para un Estado Palestino, el cual estipula que en la fase uno Israel congele toda actividad de los asentamientos, consistente con el reporte del (ex senador estadunidense George J.) Mitchel, incluyendo el crecimiento natural de asentamientos.
En El Cairo, Obama empleó su familiar estilo de pizarrón limpio –con poca sustancia, pero presentado de forma agradable, que permite a la audiencia escribir en el pizarrón lo que desea escuchar.
Obama se hizo eco de la visión de Bush de un Estado palestino, sin detallar lo que quería decir. Obama expresó:Estados Unidos no acepta la legitimidad de continuados asentamientos israelíes. Las palabras clave son legitimidad ycontinuados.
Por omisión, Obama indicó que acepta la visión de Bush: los vastos asentamientos israelíes existentes y proyectos de infraestructura en Cisjordania son, implícitamente,legítimos, con lo cual se garantiza que la frase Estado palestino, refiriéndose a los fragmentados restos que quedan, significa pollo frito.
El pasado noviembre Netanyahu declaró una suspensión de 10 meses de nuevas edificaciones, con muchas excepciones, excluyendo totalmente a la Gran Jerusalén, donde la expropiación en áreas árabes y construcción para colonos judíos, como en el proyecto Rabat Shlomo, continúa a ritmo acelerado.
Estos proyectos son doblemente ilegales. Como todos esos asentamientos, violan la ley internacional –y en Jerusalén, resoluciones específicas del Consejo de Seguridad.
En Jerusalén, en ese entonces, Hillary Clinton elogió las concesiones sin precedentes de Netanyahu sobre construcciones (ilegales), generando cólera y ridículo en buena parte del mundo.
La administración Obama promueve una reconceptualización del conflicto de Medio Oriente, detallado más claramente el pasado marzo por John Kerry, presidente del Comité senatorial de Relaciones Exteriores.
Israel será integrado a los estados árabes moderados que son aliados de Estados Unidos enfrentando a Irán y permitiendo el dominio estadunidense sobre las regiones vitales productoras de energéticos. Dentro de ese marco tendrá lugar algún acuerdo no especificado entre Israel y Palestina.
Mientras tanto, los vínculos entre Israel y Estados Unidos se profundizan. La cooperación estrecha de inteligencia se remonta a más de medio siglo.
Las asociaciones de empresas de alta tecnología de Estados Unidos e Israel están incrementándose. Intel, por ejemplo, está añadiendo una construcción gigantesca a sus instalaciones en Kiryat Gat para lograr una reducción revolucionaria en el tamaño de los chips.
Las ligas entre la industria militar israelí y estadunidense se mantienen particularmente cercanas, al grado de que Israel ha desplazado instalaciones de desarrollo y manufactura a Estados Unidos, donde el acceso a los programas estadunidenses de ayuda castrense y desarrollo es más fácil. Israel también está considerando la transferencia a Estados Unidos de producción de vehículos blindados, pese a las objeciones de miles de trabajadores israelíes que perderán sus empleos.
Las relaciones también benefician a los productores estadunidenses –doblemente, de hecho, porque el abastecimiento de armas a Israel, financiado por el gobierno estadunidense, que es en sí muy rentable, también funciona como carnada, que induce a las ricas dictaduras árabes (moderadas) a comprar grandes cantidades de equipo castrense menos sofisticado.
Israel también sigue proveyendo a Estados Unidos con una base militar estratégicamente localizada para instalar armas y para otras funciones –en fecha más reciente, en febrero, cuando el ejército estadunidense actuó paraduplicar el valor de equipo militar de emergencia en reservas en territorio israelí, elevando el nivel a 800 millones de dólares.
Misiles, vehículos blindados, municiones aéreas y equipo de artillería ya están acumulados en el país, informaDefense News.
Estos son algunos de los servicios sin paralelo que Israel ha estado proporcionando para el militarismo y dominio global de Estados Unidos, así como para su economía de alta tecnología.
Esto permite a Israel un cierto margen para desafiar las órdenes de Washington –aunque Israel corre un riesgo muy grande si trata de abusar de su suerte, como ha mostrado repetidamente la historia. La arrogancia de Ramat Shlomo claramente causó enojo.
Israel sólo puede ir tan lejos como Estados Unidos lo permita. Washington ha sido, desde hace tiempo, participante directo en los crímenes israelíes que oficialmente condena –pero cerrando el ojo. Falta ver si esa charada continúa.

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domingo, 3 de abril de 2011

Tía María: 432 millones de razones


Por Humberto Campodónico
En lo que concierne a Tía María, la empresa ha enviado al gobierno peruano información adicional sobre este proyecto, lo que incluye la posibilidad de usar agua de mar. Se espera que el gobierno tome una decisión acerca del Estudio de Impacto Ambiental en abril del 2011, después de lo cual comenzará la construcción en el II Trimestre del 2011 y la producción comenzará en el IV Trimestre del 2010. La inversión estimada asciende a US$ 934 millones, de los cuales, al 31 de diciembre del 2010, ya se han desembolsado US$ 432.5 millones.
Es lo que dice el Informe Financiero del IV Trimestre del 2010 del Grupo México (1), propietario de Toquepala y Cuajone, que ahora desarrolla el proyecto Tía María, en Cocachacra, Arequipa. SPCC, subsidiaria del Grupo México, ya ha comprado, entre otros, 20 volquetes de 240 toneladas, 2 palas de 60 yardas de capacidad, 2 perforadoras, tractores, motoconformadores, cisternas para el riego de caminos, además de insumos para las chancadoras primarias, secundarias y terciarias.
Es necesario saber que, de acuerdo con la legislación vigente, cualquier proyecto minero –incluido Tía María– solo puede desarrollarse si, previamente, se ha aprobado el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros (DGAAM) del Ministerio de Energía y Minas (MEM).
El proyecto ha generado un fuerte y masivo rechazo de los agricultores, por diversos motivos que son de público conocimiento y que van desde la oposición a que la nueva mina utilice el agua de la zona hasta el rechazo puro y simple a la actividad minera en la zona (“Tía María: la plata es lo de menos”, www.cristaldemira.com, 19/04/2010).
La idoneidad del EIA (elaborado por una consultora contratada por SPCC) y la imparcialidad para su aprobación generan desconfianza porque hay aquí un evidente conflicto de intereses. En efecto, el MEM tiene como política, de un lado incentivar las inversiones en el sector minero y, de otro, aprueba los EIA a través de la DGAAM.
Dicho de otro modo, los agricultores no confían en la DGAAM porque sospechan que “desde arriba” los empujan a la aprobación del EIA, sí o sí. Debido a esa presión, en diciembre pasado el MEM le encargó a la Oficina de Naciones Unidas para el Servicio de Proyectos (UNOPS) que evalúe el EIA de Tía María “a fin de mejorar los procedimientos ambientales”.
Pues bien, el informe de la UNOPS indica que hay 138 observaciones que deben ser subsanadas. Dice la UNOPS que el EIA no considera la historia regional y local de la zona ni los últimos conflictos suscitados, entre otras informaciones que permitirían interpretar mejor la realidad. Agrega que la elaboración de un mapa de vegetación y otro de hábitats permitiría cuantificar las pérdidas –ambientales y a la población de la zona– que causaría Tía María. 
Lo reseñado nos indica que quienes alientan la inversión minera tienen la sartén por el mango. Recordemos que en los países vecinos los EIA petroleros y mineros son aprobados por el Ministerio del Medio Ambiente, lo que no sucede aquí porque los “lobbies” desean una “luz verde” permanente para los sectores extractivos.
En Tía María la empresa ya ha desembolsado US$ 432 millones (seguro pensó que el EIA se lo aprobaban sí o sí) y probablemente está haciendo todo lo que puede para no perder ese dinero. Un tema clave, entonces, es que las inversiones no pueden venir antes que se apruebe el EIA porque presiona a la aprobación sí o sí. Otro tema clave es que la aprobación del EIA la realice el Ministerio del Medio Ambiente.
El fondo del asunto es que tengamos un Plan de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, elaborado con la participación de las regiones, que nos diga dónde puede haber explotación minera y petrolera y dónde no. Nada más, pero tampoco nada menos. Si eso fuera así, no estaríamos en el décimo día de huelga indefinida en Cocachacra.
(1)http://www.gmexico.com/files/CEO%20Reporte%204Q10%204feb11.pdfs

Este 5 de Abril: ¡NO AL FUJIMONTESINISMO!, ¡NO AL CONTINUISMO!

Este 5 de Abril los Jóvenes Comunistas le decimos NO al Fujimorismo y NO al Neoliberalismo. ¡Tenemos memoria, Tenemos Futuro!





Más encuestas confirman que Ollanta se despunta





Las últimas encuestas dan clara ventaja al candidato de Gana Perú sobre los otros candidatos al sillón presidencial.
DETALLE

De este modo, el segundo puesto es disputado por Toledo, Keiko y Kuczynski, quienes deben agotar todos sus esfuerzos en el debate de hoy y en lo que queda de la campaña para convencer al electorado para que lleve a uno de ellos a la segundo vuelta a dirimir la elección con Ollanta Humala.


CUADRO LIMA

Ollanta Humala 26,1% 
Alejandro Toledo 22% 
Keiko Fujimori 17,8%. 
Pedro Pablo Kuczynski 15,7%
Luis Castañeda Lossio 11,9%. 
Otros 0,8% 
Voto blanco y/o nulo 5,6%. 


FICHA TÉCNICA


Estudio: Encuesta Electoral Nacional Perú Urbano y Rural. Trabajo de campo: Del 29 al 31 de Marzo del 2011. Ámbito geográfico: 15 regiones. Universo: Hombres y mujeres, mayores de 18 años de edad con DNI, de todos los niveles socio-económicos, residentes en cada ciudad encuestada. Metodología de muestreo: Muestreo probabilístico estratificado y polietápico, con selección aleatoria de manzanas de viviendas, hogares y encuestado por el método “random route”. Técnica: Encuesta personal “cara a cara” en hogares con aplicación de cuestionario estructurado y simulación de voto secreto con cédula no oficial y ánfora itinerante. Tamaño de la muestra: 2,256 casos; 1681 urbano y 575 rural. Con un nivel de confianza para el total de encuestados del 95% y un margen de error de +-2,06%. Supervisión: 30% del total de la producción y por cada entrevistador. Representatividad: 83,22% de la población electoral. Tasa de rechazo: 68,66%. Financiamiento: IMA-Estudios de Marketing SAC. Registro N°: 010-REF/JNE.


A siete días de las elecciones generales las últimas encuestas de opinión que se publican hoy confirman el crecimiento sostenido del candidato nacionalista, Ollanta Humala, y la disputa por el segundo puesto entre Alejandro Toledo, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski.



Uno de esos sondeos, el de IMA, confirma la tendencia alcista del candidato presidencial de Gana Perú, quien se asentó en el primer lugar de las preferencias electorales a nivel nacional. Las otras encuestas que se publican hoy también ratifican la misma tendencia.



Con 26.1%

Ollanta Humala figura con 26,1% de la intención de voto en la encuesta de IMA, seguido de Alejandro Toledo, de Perú Posible, con 22%; Keiko Fujimori, de Fuerza 2011, con 17,8%, y Pedro Pablo Kuczynski, de Alianza por el Gran Cambio, con 15,7%.


En quinto lugar se encuentra ubicado el exalcalde de Limay líder de Solidaridad Nacional, Luis CastañedaLossio, con un distante 11,9%. Además, la categoría “otros”, compuesta por los candidatos denominados ‘chicos’, obtiene el 0,8% y la suma del voto blanco y/o nulo llega a 5,6%. 



La encuesta de IMA no hace más que confirmar los sondeos de Datum y el Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica publicados la víspera, en los que Ollanta Humala también ostenta el primer lugar en las preferencias de los votantes.



El líder “chakano” se encuentra a cuatro puntos del líder de Gana Perú y mucho más atrás a casi 10 puntos del puntero está la lideresa de Fuerza 2011 Keiko Fujimori. Lo que también confirma esta encuesta es la caída imparable de Luis Castañeda, pues figura 15 puntos más debajo de Humala. 

EEUU no sabe qué hacer con sus desechos nucleares

  • La mayor concentración de radiactividad en el planeta está en EE.UU. Residuos radiactivos y “combustible nuclear usado”

Por Rady Ananda
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
 Piscina de combustible usado sobre un reactor nuclear EE.UU. almacena el cuádruple de barras de combustible nuclear usado de la capacidad de la piscina.
Piscina de combustible usado sobre un reactor nuclear EE.UU. almacena el cuádruple de barras de combustible nuclear usado de la capacidad de la piscina.
En una reciente entrevista con The Real News Network, Robert Álvarez, especialista en política nuclear desde 1975, informa de que el combustible nuclear usado en EE.UU. representa la mayor concentración de radiactividad en el planeta: 71.000 toneladas. Peor todavía: ya que el depósito de residuos de Yucca Mountain ha sido eliminado por su proximidad a fallas activas, la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) ha permitido que los operadores de reactores almacenen cuatro veces más residuos en las piscinas de combustible usado de la cantidad para la que fueron diseñadas.
Cada piscina de combustible usado de Fukushima contiene unas 100 toneladas, dice, mientras que cada piscina en EE.UU. contiene entre 500 y 700 toneladas. Un solo incendio en una piscina liberaría cantidades catastróficas de radiactividad, haciendo que entre 44.000 y 56.000 kilómetros cuadrados fueran inhabitables. Es aproximadamente el tamaño de Nueva Hampshire y Vermont, por el incendio de una sola piscina.
En Hanford, en el estado de Washington, se encuentra el lugar más contaminado en materia nuclear de occidente –AFP.
En Hanford, en el estado de Washington, se encuentra el lugar más contaminado en materia nuclear de occidente –AFP.
En una entrevista del 25 de marzo, la terapeuta y activista nuclear Dra. Helen Caldicott explica que “hay mucha más radiación en cada una de las piscinas de enfriamiento de la que existe en cada radiador en sí… Ahora los isótopos de vida muy corta han decaído hasta llegar a nada. Pero lo que contienen las piscinas de residuos de combustible son los de vida prolongada, los muy peligrosos: cesio, estroncio, uranio, plutonio, americio, curio, neptunio, quiero decir los verdaderamente peligrosos, los de larga vida”.
Como erudito confirmado en el Instituto de Estudios Políticos, Álvarez formó parte de un equipo internacional multidisciplinario que estudió posibles ataques terroristas contra instalaciones nucleares, que se concentró en las piscinas de almacenamiento de residuos de combustible usado. En 2003, publicó un informe: Reduciendo los peligros de combustible nuclear usado de reactores de energía en EE.UU., que solicita que se transfiera el combustible usado de las piscinas a almacenamiento en cascos secos. (Sobre el mismo tema haga clic aquí, N. del T.)
El informe recomienda que se extraiga un 75% de las barras usadas de cada una de las piscinas y se almacenen en búnkeres ultra gruesos de hormigón capaces de resistir un impacto aéreo. El proyecto tardaría unos diez años y “reduciría el inventario promedio de 137Cs (cesio radiactivo) en piscinas de combustible usado en EE.UU. en un factor de cuatro”.
La NRC trató de ocultar el informe del IPS; dice Álvarez: “La reacción de la Comisión Reguladora Nuclear y de la industria nuclear fue hostil”. Pero la Academia Nacional de Ciencias reconoció que un incendio en una piscina de combustible sobrecargada sería catastrófico. La NRC también trató de bloquear el informe de la Academia.
La NRC sirve a la industria, no al público, y al controlar las finanzas, el Congreso ha obligado a la NRC a “limitar considerablemente sus programas reguladores”, dice Álvarez.
El ingeniero Keith Harmon Snow está totalmente de acuerdo. Recientemente recriminó a la NRC y a los medios dominantes por minimizar la actual catástrofe de Japón. Señala que: “La bomba atómica que estalló en Hiroshima produjo cerca de 2.000 curies de radiactividad. Se dice que las piscinas de combustible usado en la Planta Nuclear Vermont Yankee (EE.UU.) contienen unos 75 millones de curies.”
Y se trata sólo de una planta nuclear estadounidense, de 104, sin mencionar la cantidad no revelada de sitios de investigación. Luego hay que considerar que varias plantas nucleares están ubicadas sobre fallas geológicas, como lo revela esta imagen de Public Integrity.
Los desechos nucleares constituyen un problema serio, letal y creciente que la industria se niega a encarar, ya que prefiere exteriorizar al público los costes de eliminación (incluso demandando al gobierno de EE.UU. para que arregle el lío, según una ley de 1998 que sin duda favoreció).
A menos que los residuos radiactivos sean lanzados por láser hacia el sol, seguiremos viviendo con desechos que contaminarán la biosfera durante miles de años, por el ínfimo beneficio de 25 a 30 años de electricidad, como explicó de forma elocuente el activista nuclear y matemático Gordon Edwards. El riesgo sobrepasa por un gran margen el beneficio; esta alternativa energética es un ejemplo de la aberración que constituyen la industria nuclear y sus protectores gubernamentales.
Ilustracion tridimensional del deposito para residuos nucleares en la montana Yucca, estado de Nevada, EEUU. Los acontecimientos recientes en Japon han reavivado el debate sobre el proyecto.
Ilustracion tridimensional del deposito para residuos nucleares en la montana Yucca, estado de Nevada, EEUU. Los acontecimientos recientes en Japon han reavivado el debate sobre el proyecto.
Más fuentes:
  • Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment, de Alexey V. Yablokov y Vassily B. Nesterenko and Alexey V. Nesterenko (Publicación en inglés: 2009), reseñado recientemente por la toxicóloga Janette Sherman en BlipTV, y también, el año pasado, por el profesor Karl Grossman en Global Research.
  • Nuclear Reactors in Earthquake Zones around the Globe (TreeHugger, incorporando varias fuentes).
  • US Radiation Monitoring Map in Real Time (Radiation Network)
  • Video Maps Spread of Radioactivity in Real Time (Central Institute for Meteorology and Geodynamics, Austria)